La cacería de subsistencia para la obtención de carne silvestre es una práctica común en las comunidades rurales neotropicales. Como otras prácticas campesinas interrumpidas por la pandemia de COVID-19, la caza de subsistencia podría exacerbar la presión sobre los mamíferos silvestres cuyo mayor tamaño contribuye a la alimentación el cazador y su familia.

Así, en el contexto de la pandemia, evaluamos la caza de subsistencia del venado cola blanca (Odocoileus virginianus), una de las principales especies cinegéticas tradicionales en la región de Calakmul, Campeche, México, y comparó esta actividad con los niveles previos a la pandemia de dichas especies de vertebrados. Con base en información etnográfica y registros de caza de tres comunidades rurales, encontró que en un trimestre (julio-septiembre 2020) de la temporada de lluvias, un total de 26 venados cola blanca (923 kg de biomasa de caza) fueron obtenido por campesinos-cazadores locales que practican la caza en su mayoría solos.

La mayoría de los campesinos-cazadores entrevistados (36 de 51) declararon que cazaban diariamente, y solo unos pocos cazaban una vez a la semana o una vez al mes (8 y 3%, respectivamente). Esta actividad y modalidades cinegéticas se realizaban en noche (68%) versus día, acecho (21%) y oportunista (11%) cerca de su comunidad. La biomasa cinegética y la frecuencia de caza en el las comunidades estudiadas fueron el doble durante la pandemia, en comparación con períodos similares previos a la pandemia en la región.

Nuestra encuesta destaca la necesidad de ampliar el seguimiento y la evaluación (durante y después de la pandemia) de la caza de subsistencia de especies clave, como el venado cola blanca, con el fin de asegurar la conservación y uso sostenible de la vida silvestre en esta importante región mesoamericana.

 

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